Cómo ya te contamos en este post, un bonsái no es una especie de árbol pequeño, ni sus dimensiones se deben a factores naturales. El arte del bonsái consiste en lograr representaciones miniaturizadas de una parte de la naturaleza, concretamente de un árbol. Ahora bien, quizá te preguntas si cualquier árbol es potencialmente convertible a bonsái. Debemos decirte que existen especies más propicias a ello. ¡Sigue leyendo para descubrirlas!

Pese a que los árboles son el tipo de planta más adecuado para criar bonsáis, debes saber que hay ciertas características que son incompatibles con este arte: árboles con las hojas grandes o de un crecimiento muy rápido serán los más complejos para criar.

En cuanto a las especies que pueden ser más indicadas para crear tu propio bonsái, te dejamos unas cuantas a continuación: todos los arces, el ficus de hojas pequeñas, el olmo chino, el baobab, la buganvilla, el haya común, el adenio, el olivo, el granado…

Además de árboles -que son los más comunes-, existen otros tipos de plantas que se pueden convertir en bonsái. Los arbustos como a camelia o el membrillero japonés, las coníferas y las plantas trepadoras son otras de las especies que puedes utilizar en este arte.