¿Crees que los bonsáis son un tipo de árbol más pequeño que la media de forma natural? La respuesta es no. Bon-sai es un término japonés que, literalmente, se traduce como «plantado en una maceta».

El objetivo de criar bonsáis es conseguir representaciones miniaturizadas de una parte de la naturaleza, concretamente de un árbol. Por lo tanto, los bonsáis no son árboles pequeños por genética sino que su tamaño se consigue realizando una serie de actividades concretas, como la poda de su tronco, raíces y hojas durante cierto tiempo.

Aunque se trata de una palabra japonesa, el origen de los bonsáis se remonta a China, a unos dos mil años atrás. Allí, habían comenzado el arte de ‘pun-sai’, utilizando técnicas especiales para cultivar árboles enanos en tiestos y eran considerados como objetos de culto y símbolo de eternidad. No sería hasta 1889 cuando Europa recibe su primer bonsái, cuando se celebra la Exposición Universal de París y se inaugura la Torre Eiffel.